Trazabilidad, sostenibilidad y bienestar humano en la floricultura ecuatoriana: Caso Azaya Gardens
- Ecuador y sus Flores

- 14 oct
- 3 Min. de lectura

La floricultura ecuatoriana se destaca por desarrollar proyectos sociales a distintos niveles, más allá de los requisitos a cumplir por las certificaciones. Existen muchos proyectos sociales que han ayudado al personal de las fincas de flores a transformar sus vidas y aprovechar las oportunidades de crecimiento que la floricultura les ha brindado. Hoy en día, es visible y evidente el desarrollo que se ha generado en el país gracias a la floricultura.
Azaya Gardens es una florícola ubicada entre las montañas de la región interandina del Ecuador. Hoy celebra 25 años de trayectoria cultivando rosas de alta calidad para los mercados más exigentes del mundo: Rusia, Estados Unidos, Canadá, Europa, Medio Oriente y Asia. Con fincas en Tabacundo y Cayambe, a una altitud de entre 2.800 y 3.000 metros sobre el nivel del mar, la empresa combina experiencia, innovación y compromiso ético.

En el mercado de las flores, entender la cadena y la trazabilidad es clave para evaluar la calidad de cada flor. Un buen producto lleva consigo el resultado de las prácticas de toda la cadena: desde la producción, hasta el cliente final.
Una de las decisiones que distingue a Azaya Gardens en el mercado es su política de vender únicamente las flores que produce. Este principio nace de su visión de calidad integral, donde el control de cada etapa del proceso —desde la siembra hasta el empaque— garantiza trazabilidad absoluta.
“De esta manera podemos responder con total transparencia a nuestros clientes y asegurar que cada flor refleja un estándar de excelencia y un origen completamente verificable”, afirman desde la finca.Con 18 hectáreas de área sembrada y alrededor de 120 variedades de rosas cultivadas entre tradicionales, de jardín, spray y tinturadas exclusivas, su equipo de 182 colaboradores impulsa día a día una producción guiada por valores de transparencia, sostenibilidad y respeto por las personas y el entorno.

Un modelo que garantiza trazabilidad no solo fortalece la confianza de los compradores, sino que también asegura un manejo sostenible de los recursos, un uso responsable de insumos y un entorno laboral regulado, justo y seguro.
El enfoque ético y de trazabilidad de Azaya Gardens ha consolidado vínculos sólidos con clientes internacionales. “Saber que cada flor tiene un origen claro y que detrás hay un equipo protegido y valorado, genera credibilidad y comunicación abierta”, destacan. Para la empresa, esta filosofía compartida crea alianzas a largo plazo con socios que valoran la integridad y consistencia de sus productos.
Más allá de la calidad visible en cada rosa, Azaya Gardens ofrece un compromiso continuo con sus clientes. Escucha sus necesidades, renueva cada año su portafolio y ajusta las variedades según tendencias y demandas del mercado. “Su éxito también es el nuestro”, sostienen, convencidos de que una relación comercial sostenible se construye sobre confianza, cumplimiento y servicio personalizado.
En Azaya Gardens está claro que el desarrollo de la empresa depende también del bienestar de sus empleados.
La finca ofrece servicio médico interno, medicamentos subsidiados, y campañas de salud preventiva. Además, promueve la educación financiera y otorga créditos sin interés para emergencias, evitando el endeudamiento con entidades externas.
El 59 % del personal son mujeres. En un sector históricamente dominado por hombres, hoy en día podemos ver cómo las comunidades alrededor de la floricultura se han desarrollado gracias al trabajo de tantas mujeres que han logrado sacar adelante a sus familias.
Las oportunidades de capacitación y promoción interna complementan una cultura laboral cercana, donde se reconoce el esfuerzo y se celebran los logros colectivos.
Un ejemplo de esto es el programa escolar anual que premia a los hijos e hijas de los trabajadores por su desempeño académico, artístico o deportivo, entregándoles una mochila y un bono para útiles escolares, como incentivo al esfuerzo y la excelencia.
La floricultura ecuatoriana está comprometida con el medio ambiente. La finca minimiza el uso de agroquímicos, aplicándolos solo cuando es estrictamente necesario y bajo control técnico. Implementa métodos de control biológico y físico, como trampas, mallas antiinsectos y ventilación natural. Además, utiliza fertilización orgánica y compostaje, reutilizando los residuos vegetales para nutrir el suelo.

El riego por goteo y el aprovechamiento del agua de lluvia reducen el desperdicio hídrico, mientras los monitoreos constantes de suelos y nutrientes aseguran un uso eficiente de los insumos. Estas prácticas, respaldadas por certificaciones FLOR Ecuador y BASC, reafirman su compromiso con el medio ambiente y con la producción ética de flores de exportación.
A lo largo de sus 25 años, Azaya Gardens ha demostrado que la excelencia no solo se mide en la belleza de una flor, sino también en el respeto con que se cultiva.
Su modelo de negocio —basado en trazabilidad, sostenibilidad y bienestar humano— no solo asegura la calidad de sus rosas, sino que también es un vivo ejemplo de lo que pasa realmente detrás de la flor ecuatoriana. El impacto social y un futuro más responsable es un eje prioritario y real para la floricultura ecuatoriana.














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