1. Para empezar, ¿puedes compartir con nosotros la historia detrás del nacimiento de Florisol hace 40 años? ¿Qué inspiró a fundar esta florícola?
En 1984, la floricultura en Colombia ya tenía una historia de alrededor de 25 años. Mi tío Mauricio, viendo que la zona de Tabacundo y Cayambe presentaban un clima similar al de la sabana colombiana, tuvo una idea ambiciosa: trasladar esa experiencia al Ecuador y empezar con el cultivo de rosas porque ya era una industria consolidada. Fundando así, Agroflora, la primera finca del Ecuador.
A pesar de los desafíos, el proyecto despegó con éxito y seis meses después, junto a mi padre, deciden comprar otro terreno para plantar frutales, sin embargo, el asesor de agroflora sugirió "este terreno sería perfecto para crisantemos." Inspirado por esta idea, mi padre decidió lanzarse a la aventura y abrir la finca Florisol.
Recuerdo esos días con claridad. Tenía apenas doce años, fue una época de verdadero comienzo, porque, en aquel entonces, la industria de la floricultura estaba comenzando en el país, donde Florisol, era la tercera finca de flores del país. La ausencia de infraestructura era palpable, Florisol no tenía baños, ni comedor, ni bodega; simplemente nada. No existían cámaras frigoríficas, ni opciones de carga aérea; estábamos partiendo desde cero.
Hoy celebramos cuatro décadas de historia y crecimiento. Este logro se debe en gran medida al espíritu pionero de mi tío Mauricio, mi padre Ricardo Dávalos, y aquellos valientes que se aventuraron a dar forma a esta industria desde sus cimientos.
2. Desde sus modestos inicios, ¿cómo ha crecido Florisol a lo largo de estas cuatro décadas? ¿Cuáles fueron los momentos clave que impulsaron su crecimiento?
Mi padre siempre fue un hombre cauteloso. Le gustaba hacer las cosas de manera meticulosa, con seguridad y planificación. Esta filosofía se reflejó en el crecimiento gradual de Florisol. A diferencia de muchos que optaron por expandirse rápidamente, duplicando o triplicando su área de cultivo de la noche a la mañana, nosotros preferimos avanzar paso a paso.
Nuestra finca comenzó su trayectoria poco a poco, con tres hectáreas de terreno plano en la primera etapa. Este espacio incluía los invernaderos uno, dos y tres, que se fueron llenando gradualmente con nuestras flores. Recuerdo que alrededor del año 1992, se nos presentó la oportunidad de adquirir la propiedad vecina en cáucaso. Esta tierra, que anteriormente pertenecía a un arquitecto, se convirtió en parte de Florisol tras su fallecimiento, cumpliendo así una curiosa predicción que hizo durante la inauguración del invernadero uno. Este evento marcó otro hito en nuestro crecimiento, agregando otras tres hectáreas a nuestra extensión.
En 1996, con la compra de una propiedad en Cotopaxi, iniciamos una nueva fase de expansión junto a Piaveri, nuestra finca de rosas, comenzando con cuatro hectáreas y expandiéndonos gradualmente hasta alcanzar aproximadamente diez hectáreas.
A medida que pasaban los años, continuamos buscando oportunidades para crecer. Adquirimos otra propiedad contigua a Florisol, sumando otras cuatro hectáreas a nuestras operaciones. La adquisición de Clarivel en 1999-2000 fue otro paso significativo en nuestro crecimiento. Así, año tras año, avanzamos con cautela, pero con determinación, siempre apuntando a un crecimiento constante del 10%, hasta llegar a las aproximadamente 45 hectáreas que hoy conforman Florisol.
3. En el camino, seguramente se enfrentaron a desafíos significativos. ¿Podrías contarnos sobre algunos de los mayores obstáculos que Florisol ha superado a lo largo de los años y cómo los abordaron?
Mi padre se enfrentó a uno de los mayores desafíos cuando los productores estadounidenses lanzaron juicios contra los rosicultores y productores de flores en Ecuador, acusándolos de prácticas de dumping, es decir, de vender por debajo del costo en el mercado de Estados Unidos. Mientras que los rosicultores eran numerosos y contaban con respaldo, nosotros, como productores exclusivos de crisantemos, nos vimos obligados a defendernos solos. Mi padre, a la cabeza de Florisol, asumió la responsabilidad de preparar toda la información junto con nuestro abogado en Estados Unidos. Gracias a una presentación sólida en los tres juicios, salimos indemnes de penalidades. Fue un desafío monumental que superamos con éxito.
A lo largo de nuestra trayectoria, también hemos enfrentado momentos difíciles. Recuerdo cuando Florisol comenzó produciendo pompones, una variedad de crisantemo en forma de spray, y tuvimos que detener su producción en un momento dado. Hemos experimentado contratiempos, entre ellos, la mortalidad de nuestras flores, como gypsophila e hipericum, y nos hemos visto obligados a abandonar productos que anteriormente producíamos, lo que nos ha llevado a sufrir pérdidas financieras, como ocurrió con el calanchoe hace unos años.
En 2013, enfrentamos un ataque aterrador del minador, un insecto que pone huevos en las hojas y cuyas larvas las destruyen desde adentro, formando túneles minados. Este problema amenazaba con cerrarnos puertas en importantes mercados como Estados Unidos, Chile y Japón. Como este, enfrentamos numerosos desafíos agronómicos a lo largo de los años, pero hemos demostrado salir victoriosos gracias a nuestra creatividad y dedicación.
Hemos implementado una variedad de soluciones, desde el uso intensivo de aspiradoras para succionar los insectos hasta sopladoras que los expulsaban con una pantalla de plástico y pegamento. También utilizamos trampas, seleccionamos cuidadosamente el follaje infectado para irradiarlo, aplicamos fumigaciones y quemamos desechos para evitar la supervivencia de las pupas. Estas soluciones no solo requerían una inversión considerable, sino que también salvaron nuestros cultivos en momentos críticos.
4. A lo largo de este viaje de 40 años, ¿cuáles consideras que han sido los logros más memorables de Florisol? ¿Hay algún hito en particular del que estén especialmente orgullosos?
Pocos productores en el mundo pueden afirmar con certeza que su producto es el mejor, pero mi padre alcanzó este hito y nosotros lo mantenemos con orgullo. Para nosotros, poder afirmar que nuestro crisantemo es el mejor del mundo es un logro verdaderamente extraordinario, uno que nos distingue de manera única en la industria. Es una afirmación audaz que respaldamos con calidad y dedicación.
Sin embargo, nuestro éxito va más allá de la excelencia del producto. También somos una de las pocas fincas certificadas como negocio sustentable. Esta distinción, otorgada por una institución internacional, la más rigurosa que existe. Nos certifica no solo por nuestro compromiso con el medio ambiente, sino también por la protección y el desarrollo integral de nuestros trabajadores, tanto a nivel físico, intelectual y profesional.
Estos dos logros son, para nosotros, los más significativos. Representan el fruto de décadas de arduo trabajo, dedicación y pasión por lo que hacemos. Son testimonio de nuestro compromiso con la excelencia y la responsabilidad hacia nuestro entorno y nuestra comunidad.
La Situación Actual:
5. Con cuatro décadas de experiencia en la industria, ¿cómo describirías la situación actual de Florisol en términos de producción, alcance del mercado y posición en la industria de la floricultura?
Nos encontramos en un momento verdaderamente único, repleto de oportunidades que podemos aprovechar gracias a nuestras fortalezas y a los cambios que estamos presenciando en el mercado. El crecimiento exponencial de la demanda en los supermercados nos ofrece una ventana de oportunidad que no podemos dejar pasar. Sin embargo, también enfrentamos amenazas, como el debilitamiento del sector mayorista, que siempre ha sido nuestro principal cliente. Estamos frente a un mercado lleno de desafíos que hacen que este momento sea excepcionalmente crucial para nuestro negocio.
Pero no nos acobardamos ante estos desafíos; al contrario, los enfrentamos con determinación. Hemos dado un primer paso al incursionar en el mercado de las bouquets, una decisión que reviste gran importancia para nosotros. Contamos con una posición única en este sentido, ya que producimos una amplia gama de productos ideales para bouquets. Además, tenemos la ventaja de comprar flores a numerosos productores con los que no competimos directamente.
A pesar de las amenazas que enfrentamos, confío en que estamos perfectamente posicionados para capitalizar estas oportunidades. Con determinación y visión, estamos listos para convertir este momento de nuestra historia en un punto de inflexión que nos impulse hacia el éxito.
6. ¿Cuáles son los valores fundamentales que han guiado a Florisol a lo largo de los años? ¿Cómo se han mantenido fieles a estos principios en un entorno empresarial siempre cambiante?
Para nosotros, lo más importante es la responsabilidad social que compartimos como equipo. Si bien evitamos la etiqueta de "familia", ya que no buscamos compararnos con esa institución sagrada en la sociedad, somos un grupo unido que se comporta con familiaridad y amistad. Esta conexión es el pilar fundamental de nuestra identidad. Somos un equipo humano que se comprende, se respalda mutuamente y busca la felicidad en el trabajo. Esta es una premisa a la que nos aferramos firmemente y que consideramos indispensable.
Además, nos regimos por valores fundamentales como la honorabilidad y la honestidad, que nos distinguen y nos hacen dignos de confianza. Cumplimos nuestras promesas, incluso en los momentos más difíciles, y siempre logramos salir adelante. Estos valores son parte intrínseca de nuestra empresa y nos definen como una organización en la que se puede confiar a lo largo del tiempo.
7. ¿Qué planes emocionantes tiene Florisol para el futuro? ¿Hay alguna dirección estratégica que estén considerando explorar en los próximos años?
Nuestra brújula estratégica siempre ha estado orientada hacia la atención a los mayoristas regionales de todo el mundo. A pesar de los cambios en el panorama comercial, nuestra fortaleza continúa residiendo en estos socios clave. Mantendremos nuestro compromiso con ellos, brindándoles servicios excepcionales, mejorando constantemente la calidad de nuestros productos y ampliando nuestra gama. Sin embargo, no podemos pasar por alto la oportunidad que se nos presenta con los supermercados, una oportunidad que estamos abordando y que seguiremos fortaleciendo. Es fundamental equilibrar estos dos pilares estratégicos para asegurar un crecimiento sostenible y una presencia duradera en el mercado global.
8. Finalmente, con 40 años de historia, ¿qué legado esperan dejar como propietarios de Florisol? ¿Y hay algún mensaje especial que deseen transmitir a aquellos que han sido parte de este viaje junto a ustedes?
Para nosotros, lo más importante es mantener viva la visión que compartimos mis hermanas y yo: queremos que nuestra empresa sea mucho más que un mero negocio rentable. Queremos que sea un espacio donde las personas puedan crecer y encontrar la felicidad mientras alcanzamos el éxito financiero.
Esta filosofía la heredamos de nuestro padre, y es algo que queremos transmitir a las generaciones futuras. Nos esforzamos al máximo para preservar la esencia de una empresa familiar, gestionada por nuestra familia y arraigada en valores que perduran en el tiempo.
Nos llena de orgullo ver cómo, a lo largo de estos 40 años, hemos impactado positivamente la vida de las 700 personas que forman parte de nuestro equipo. Hemos sido testigos de cómo el trabajo en nuestras fincas ha transformado radicalmente la vida de las comunidades cercanas. Pero no queremos detenernos ahí. Queremos que estos vínculos familiares, de amistad y compañerismo que hemos cultivado trasciendan a más personas. Queremos que el compromiso de hacer las cosas bien, de vivir plenamente y de preocuparnos por los demás se expanda hacia las familias y las comunidades de nuestros colaboradores, contribuyendo así al crecimiento del bienestar social.
A nuestros clientes, les expresamos nuestra más sincera gratitud. Han estado a nuestro lado en los momentos difíciles, brindando su apoyo incondicional a Florisol. Y en los momentos de victoria, han sido beneficiarios de los frutos de nuestro trabajo. Agradecemos su confianza y nos comprometemos a seguir trabajando para que esta relación perdure por muchas décadas más, beneficiando a ambas partes.
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