30 años de Pasión: Cuando la Tradición Familiar Florece
- Ecuador y sus Flores
- 27 mar
- 2 Min. de lectura
En diciembre de 1995, cuando Alfredo Pallares plantó la primera semilla de lo que hoy es La Rosaleda, difícilmente podría imaginar el camino extraordinario que recorrería su sueño familiar. Tres décadas después, esta historia no es solo de crecimiento, sino de transformación constante, compromiso con la calidad y una profunda conexión con la tierra.

Este año promete ser un punto de inflexión para la empresa. Con la madurez que dan los años y la visión de una nueva generación, se preparan para expandir horizontes literalmente: cuatro hectáreas más se sumarán a su actual extensión, representando más que un crecimiento físico, sino un testimonio de confianza y proyección.
Lo que distingue a esta empresa no es solo su capacidad de crecer, sino su constante búsqueda de excelencia. Pioneros en técnicas de tinturado ecológico, han convertido la sostenibilidad en un arte. Cada rosa no es solo un producto, es un mensaje de responsabilidad ambiental y respeto por quienes hacen posible su existencia.
La selección de nuevas variedades no es casual. Su enfoque ha sido buscar rosas que representen su personalidad. Colores brillantes y botones grandes han caracterizado a las variedades que ofrecen con prácticas que cuidan tanto al trabajador como al planeta.
Treinta años no se construyen solo con hectáreas y tecnología. Se construyen con relaciones. Clientes que han acompañado este camino por más de dos décadas son el verdadero testimonio de una empresa que no solo vende flores, sino que cultiva conexiones.
A lo largo de este año, les invitamos a un viaje por la historia de esta empresa. Cada edición de Ecuador y sus flores revelará un capítulo, una anécdota, un momento que define lo que hoy son. Desde entrevistas con su fundador hasta las voces de una nueva generación que toma las riendas, pasando por testimonios de trabajadores y clientes.
Acompáñanos a este viaje por los 30 años de La Rosaleda.
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